martes, 20 de octubre de 2009

Historia de la Brecha Digital

  • El término procede del inglés digital divide, utilizado durante la Administración Clinton, aunque su autoría no puede ubicarse con toda precisión. Mientras que en algunas referencias, se cita a Simon Moores como acuñador del término, Hoffman, Novak y Schlosser se refieren a Lloyd Morriset como el primero que lo empleó para hacer referencia a la fractura que podía producirse en los Estados Unidos entre "conectados" y "no conectados", si no se superaban las serias diferencias entre territorios, razas y etnias, clases y géneros, mediante inversiones públicas en infraestructuras y ayudas a la educación. En todo caso, durante esta administración se dio lugar a una serie de reportes publicados bajo el título Falling through the Net, en el que se dejaba evidencia del estado que este fenómeno guardaba en la sociedad estadounidense a finales de la década de 1990.

    A partir de este origen, algunos autores prefieren en español, el término fractura digital o estratificación digital, por ser mucho más expresivos sobre lo que realmente significa. La traducción a otras lenguas latinas, como el francés, también ha optado por el término de fractura. No obstante, la mayoría de los autores hispanos se decanta por el de brecha, más suave y políticamente correcto. Algunas otras expresiones que han sido usadas para referirse a la Brecha Digital son divisoria digital, brecha inforcomunicacional y abismo digital.

    Otros autores extienden el alcance de la Brecha Digital para explicarla también en función de lo que se ha denominado analfabetismo digital, que consistente en la escasa habilidad o competencia de un gran sector de la población, especialmente entre aquellos nacidos antes de la década de 1960, para manejar las herramientas tecnológicas de computación y cuyo acceso a los servicios de Internet es por ende muy limitado.


    Referencias:
  • Castells, M. (2001). La Galaxia Internet. Barcelona: PLaza y Janés, p. 275.
  • Ford, A. (2002). La marca de la bestia. Identificación, desigualdades e infoentretenimiento en la sociedad contemporánea. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma, p. 115
  • Crovi, D. (2002). "Sociedad de la información y el conocimiento. Entre el optimismo y la desesperanza. En Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, No. 185, p. 13-33
  • Schiller, H. I. (1996). Information inequety. Nueva York: Routledge

Brecha Digital

Brecha digital es una expresión que hace referencia a la diferencia socioeconómica entre aquellas comunidades que tienen accesibilidad a Internet y aquellas que no, aunque tales desigualdades también se pueden referir a todas las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), como el computador personal, la telefonía móvil, la banda ancha y otros dispositivos. Como tal, la brecha digital se basa en diferencias previas al acceso a las tecnologías. Este término también hace referencia a las diferencias que hay entre grupos según su capacidad para utilizar las TIC de forma eficaz, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica. También se utiliza en ocasiones para señalar las diferencias entre aquellos grupos que tienen acceso a contenidos digitales de calidad y aquellos que no. El término opuesto que se emplea con más frecuencia es el de inclusión digital y el de inclusión digital genuina (Maggio, 2007)

Sociedad Red

El término sociedad red fue acuñado en 1991 por Jan van Dijk en su obra De Netwerkmaatschappij (La Sociedad Red) - aunque sin duda quien ha contribuido a su mayor desarrollo y popularización ha sido Manuel Castells en La Sociedad Red, el primer volumen de su trilogía La Era de la Información.

La estructura social

Para Manuel Castells, la estructura social se crea a través de tres tipos de relaciones:

Relaciones de producción, muy ligadas a la interacción del hombre con la naturaleza y cómo aquel transforma a esta para la creación de bienes y servicios que satisfagan sus necesidades,
Relaciones de experiencia, núcleo fundamental de las relaciones humanas y que se han estructurado históricamente alrededor del sexo y la familia,
Relaciones de poder, entendido este como la habilidad de ejercer la violencia para garantizar el cumplimiento de las reglas sociales dominantes.



La forma como se establecen, mantienen, modifican o destruyen estas relaciones cambia ante el nuevo paradigma social en el que se entra a mediados del siglo XX. La nueva sociedad, la sociedad red, nace de una revolución tecnológica basada en la información y el conocimiento y genera una nueva economía cuyas tres características fundamentales son:

Características de la sociedad red [editar]

La nueva economía es informacional, de forma que la generación y transformación de la información son determinantes en la productividad del sistema,
La nueva economía es global, es decir, opera a nivel planetario,
La nueva economía está en red, dando lugar a la empresa-red, organización económica de nuevo cuño con alta flexibilidad y operatividad, de configuración variable y que funciona como una red: plana en jerarquías y donde lo importante es la interconexión de los distintos nodos.
Estas características de la nueva economía cambian radicamente la forma en que se dan las relaciones de producción, experiencia y poder, redefiniendo el mercado de trabajo y el empleo, la cultura, la Política, el Estado, el consumo, etc.

Referencias [editar]Castells, M. (2004).

“Informationalism, Networks, And The Network Society: A Theoretical Blueprint”. En Castells, M. (Ed.), The Network Society: A Cross-Cultural Perspective. Northampton, MA: Edward Elgar.
Castells, M. (2000). “Materials for an exploratory theory of the network society”. En British Journal of Sociology, Jan-Mar 2000, 51(1), 5-24. London: Routledge.

alfabetización informacional II

La expresión “alfabetización informacional” es la traducción más habitual de “information literacy”, que se ha extendido por su presencia y utilización en la red Internet y su uso en publicaciones especializadas como Anales de Documentación, de la Universidad de Murcia[6] o el libro de Gómez-Hernández Estrategias y modelos para enseñar a usar la información.,[7] aunque también están extendidass la denominaciones «alfabetización en información», «desarrollo de habilidades informativas», DHI (en México), o «competencias informacionales». Se usa mucho igualmente el acrónimo ALFIN (como en el mundo anglosajón existe el acrónico INFOLIT), que fue propuesto por Félix Benito, autor, en 1995, de la primera tesis doctoral sobre este tema en España, tras la de Francisco J. Bernal (1982), fundador de la revista Educación y Biblioteca e impulsor de la Pedagogía de la información. E mismo Félix Benito acuñó otra expresión relacionada, la de «educación documental», formulada para proponer la competencia en el uso de la información como un tema transversal para la Educación Secundaria Obligatoria española, con el objetivo de formar a todos los estudiantes en las metodologías de gestión y uso de la información documental.

El que se use tanto el término alfabetización es consecuencia del uso en inglés del término literacy, que por extensión se aplica a la capacidad de usar diferentes medios, tecnologías o lenguajes. Así, se habla de alfabetización audiovisual –la capacidad de compresión y crítica de los medios y lenguajes audiovisuales-, tecnológica –la capacidad de manejo de la tecnología de la información-, digital –el dominio de los medios hipertexto e Internet-, alfabetización científica –el dominio de la ciencia y sus mecanismos de creación, transmisión y aplicación- y de otras muchas alfabetizaciones. Pero la alfabetización informacional tiene una dimensión comprensiva de las demás, siendo por ello, según Kay Karesoka, presidenta de la IFLA, un objetivo primordial la alfabetización continua (lifelong literacy), que englobaría la alfabetización lectoescritora básica, la digital y la ALFIN, integrándola con la idea de aprendizaje permanente (Lifelong learning).